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lunes, 22 de marzo de 2010

¿ Cuando surgio el esplendor de Cordoba?

    Cuando mencionamos el nombre de Córdoba, la primera impresión que nos viene a la cabeza es la imagen de una ciudad de renombre, pero de renombre árabe, una ciudad de resonancias musulmanas, Medina Azahara, la gran Mezquita, Abderraman, Hixen, Almanzor...etc. Una ciudad en la que las crónicas hablan de un millón de habitantes en el S.X, de arrabales infinitos...etc. Pero ¿esa magnificencia vino después de la conquista de la ciudad por los árabes? o acaso fue ni mas ni menos que la herencia de una urbe superdesarrollada que llamo el interés de los nuevos conquistadores, de tal manera que decidieron asentarse en ella?
     Tenemos que retroceder en el tiempo y seguir sin mas las huellas arqueológicas, estas nos hablan de una ciudad en tiempos romanos con tres edificios de espectáculos públicos de unas dimensiones extraordinarias, no solo el circo de la manzana de San Pablo, también el teatro ubicado en la plaza de Jerónimo Paez, con un aforo de 15000 personas, así como el anfiteatro ubicado en la antigua facultad de veterinaria que tenia una capacidad de unos 45000 espectadores (el actual coso de los Califas tiene unas 17000 personas).
     Una ciudad que se salio de las murallas que la contenían, vertiéndose sobre ellas y ocupando un espacio a extramuros muy extenso. Una ciudad bien estructurada, con varios foros, necropolis, con unos templos magníficos y unas estatuas y ornamentos de una dimensión extraordinaria (observables en el museo arqueológico). Un sistema de cloacas y abastecimiento de aguas aun hoy en día utilizado, unos viales que en algunos casos median hasta 17 metros de anchura, un puerto fluvial con una efervescencia continuada durante siglos, incluso una escuela de gladiadores...etc. ¿ Porque todo esto de pronto se viene abajo, desaparecen los templos, los grandes edificios...etc?, ¿ Todo se reaprovecho, se derrumbo, se abandono?. La capital de la Bética desapareció, ¿porque quedaron tan pocos registros escritos, porque las epigrafías no hablan de esa majestuosidad? . Todo nos dirige hacia una ciudad colosal, solo comparable con urbes de mucha importancia y sin embargo es ahora cuando empezamos a tener conocimiento de la grandeza de esta urbe. umm que extraño...

lunes, 15 de marzo de 2010

¿ Porque se conservó la mezquita de Córdoba?

¿Como pudo la mezquita mantenerse tras la conquista cristiana si representaba la esencia de lo que se odiaba?.Hubo otras grandes mezquitas en la península y sin embargo no perduraron en el tiempo. ¿Acaso las iglesias cristianas no eran obras tan magnificas como para suplantar a la gran mezquita?. Un sin fin de interrogantes rodean a este emblemático edificio que esconde mas enigmas de los que imaginamos. La Mezquita de Córdoba es convertida en catedral cristiana en 1236, tras la conquista de la ciudad por Fernando III. Desde entonces se iniciaron reformas parciales adicionando capillas y otros elementos cristianos.Los Reyes Católicos permitieron la construcción de una Capilla Mayor y ya en el siglo XVI durante el reinado de Carlos V se edificó, no sin grandes oposiciones, la actual catedral cristiana dentro de las naves de la antigua mezquita. Concretamente las zonas afectadas fueron las de Abderrahman II y Almanzor. El edificio lo inició en 1523 Hernán Ruiz el Viejo con permiso expreso del emperador Carlos V y se desarrolló a lo largo del siglo XVI, pero no se terminaron las obras hasta 1766.
    El resultado es un edificio que suma estilos desde el gótico final, plateresco, renacentista y barroco.Tiene nave y crucero, con planta de cruz latina. Los arcos son todavía góticos (apuntados), la ornamentación plateresca y la cúpula renacentista. 
    Elementos destacables son el Altar de mármol rojo, la sillería del coro y el tesoro de la Catedral. El antiguo alminar islámico fue "forrado" con envoltura barroca. Desde el momento de la mismísima conquista de la ciudad por las tropas cristianas comienza un largo proceso de quebrantamiento de lo islámico pero que no pasaran de pequeñas parcialidades, ya con la toma de Córdoba se coloco el símbolo de la cruz y el pendón de Castilla. El opus islámico se respetara en su estructura básica, los cristianos ordenaran un nuevo espacio litúrgico como capilla mayor, dejando los espacios ricos musulmanes como el Mihrab y la Macsura, pero cambiaran la orientación litúrgica cristiana en perpendicularidad al eje direccional de la mezquita y comenzara un proceso de perimetrar bajo una jerarquizacion establecida con capillas gran parte de la misma.
     ¿Acaso los obispos y dirigentes de la iglesia católica consintieron sin mas en compartir la ornamentación y simbología del infiel con la del cristianismo?. Parece demasiado tolerante teniendo en cuenta que sistemáticamente se acometían obras de transfiguración en las mezquitas de las ciudades arrebatadas al islam, e incluso paso en las conocidas iglesias Fernandinas, antiguas mezquitas de la ciudad de Córdoba. 
     Se habla normalmente que la grandeza y majestuosidad de la mezquita cordobesa impidió que se destruyera, pero fue esta la causa habida cuenta de que los cánones del resto de las mezquitas eran similares y por ende debemos pensar en que por ello las otras debieron ser similarmente bellas. Hay algo que se escapa, algo que no cuadra. Dicen que Carlos I cuando la vio dijo que se había destruido lo extraordinario para construir lo ordinario. Cuando los fanáticos musulmanes entraron a saco en Medina Azahara, no la respetaron a pesar de la grandeza y belleza de la palaciega ciudad y la arrasaron, ¿ en cambio Fernando III si que respeta el templo?, ¿tal vez los cristianos no eran en esa época tan fanáticos como sus enemigos?, ¿tal vez había habido un traslado de sensibilidad entre culturas?.
    Sea como fuere la Mezquita de Córdoba aglutina sin quererlo el dogma de dos de las religiones mas importantes..

viernes, 5 de marzo de 2010

El retrato del Gran Capitan

    La fisonomía del Gran Capitán ha sido siempre un misterio ya que los retratos existentes se estiman que fueron realizados en el S.XIX, y los rostros acuñados en las monedas son del todo irreconocibles. 
    En agosto del 2003 Manuel Ruz Feria, director de un centro docente de Montilla realizo un viaje a la galería de los Ufizzi, una de las pinacotecas mas importantes del mundo, allí encontró un oleo pintado por Cristoffano del Altissimo datado en el S.XVI. Hechas las comprobaciones pertinentes podemos afirmar que estamos asi ante la mas que probable imagen del Gran Capitán .
     Desde finales del siglo XIX el Ayuntamiento de Córdoba venía pensando la posibilidad de erigir un monumento en conmemoración del Gran Capitán.
     Una de las más extendidas leyendas que circulan en Córdoba sobre el monumento al Gran Capitán, trata sobre la cabeza de la estatua ecuestre, y no es otra que la consideración de que la misma pertenecía al torero Lagartijo. Nada más lejos de la realidad. El profesor Ramón Montes señaló la causa de la diferencia material y cromática entre la cabeza y el resto de la escultura: "La figura ecuestre está realizada en bronce, a excepción de la cabeza que es de mármol blanco. Recurso éste, que utilizó Inurria para contrastar y darle una más genuina expresión. En base a este hecho, existe un bulo según el cual la cabeza del Gran Capitán es la de Lagartijo. Nada más lejano a la realidad.  Existen expuestas ambas cabezas, en bronce, en el Museo de Bellas Artes, en donde puede comprobarse el error". En la misma línea se manifestó José María Palencia Cerezo en uno de los más completos estudios realizados hasta la fecha sobre el monumento: "(...)no existe al respecto ningún tipo de testimonio documental ni literario que pueda llevar a plantearlo. En segundo, porque sobre el particular nada se recoge en el contrato firmado en 1915 con el Ayuntamiento de Córdoba. Y por último, porque de haber procedido en tal sentido, Inurria hubiera navegado contracorriente, convirtiendo una de sus obras más emblemáticas en un pastiche sin sentido de época". 
    En realidad, el modelo para la cabeza fue un organista de la Iglesia de San Nicolás.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Córdoba, la cuna del caballo español

Los jerezanos y los sevillanos han sido durante muchos años los que mas han lucido a los extraordinarios ejemplares de caballos raza española, pero en realidad este caballo perfecto pertenece a Córdoba, donde se creo y nació en el S.XVI gracias al sueño de un monarca. Esta es la historia de un hecho olvidado, tal vez ocultado durante centurias, el caballo español es el caballo cordobés. La paz que reinó en España junto a la riqueza procedente de América permitió que Felipe II pudiera dar rienda suelta a la que, posiblemente era su mayor afición: los caballos, creando para sí y para el mundo el pura raza español. Es por tanto este un caballo nacido por deseo real, como consecuencia de los cruces de caballos y yeguas realizados en la ciudad de Córdoba con tal fin, a partir del año 1567. 
     Aunque durante siglos se ha venido defendiendo, que el caballo español era un producto de la evolución natural de la especie equina, adaptada al medio geográfico andaluz, es en realidad la culminación de un macroproyecto genético, económico, social y sobre todo cultural, con el que se obtuvo el animal noble y bello que conocemos. Es por tanto una raza de caballos prefabricada y conseguida en la segunda mitad del siglo XVI. El cambio sufrido por la nobleza medieval (guerrera) a la renacentista (palaciega), en este periodo histórico,caracterizó a esta última como una sociedad ociosa dada a fiestas y espectáculos. Sin embargo, las recomendaciones médicas para hacer ejercicios como medio de mantener la salud terminarían con el letargo de la nobleza. Los médicos aconsejaron la realización de las actividades que, durante el período medieval, habían sido las habituales de los nobles en la guerra. Se consideraba que dichas actividades, al haber entrado a forma parte de la naturaleza de este grupo, no podrían dejar de realizarse pues, su ausencia provocaría la aparición de enfermedades.     Estos ejercicios incidieron directamente en la creación de numerosos juegos ecuestres, torneos y favoreció el perfeccionamiento de la equitación; estas distracciones conseguían que los nobles no sólo se mantuvieran diestros en el arte de la guerra sino que preservaban su salud. Por ello el rey las promovió creando picaderos donde la corona y los nobles pudieron realizar ejercicios de equitación de la recién creada Alta Escuela. Para llevar a cabo los ejercicios de este nuevo sistema de doma iniciado en Nápoles por Federico Grisón, Felipe II decidió crear un caballo que fuera capaz de realizar estos aires con la belleza y la perfección requerida. El caballo existente en ese momento no reunía tales características al ser pesado y carente de las cualidades necesarias, por haber sido seleccionado sin fines estéticos y con el único objetivo de conseguir un medio de locomoción. 
     Lo que un principio fue un simple deseo real, de carácter social y médico, terminó siendo, tras crear en la ciudad de Córdoba al caballo español, uno de los más grandes y queridos proyectos de Felipe II. El pura raza español se convirtió en el símbolo del Imperio "donde nunca se ponía el sol".  Se trato del primer macroproyecto genético de la historia para conseguir una raza de caballos cuyas características habían sido expuestas por los clásicos griegos como las más idóneas para un équido. Proyecto que fue ordenado llevar a cabo en la ciudad de Córdoba, en 1567, por el rey Felipe II. 
     La historia del pura raza español sale a la luz después de estar oculta 430 años, tras una laboriosa investigación basada en los documentos que se generaron en su creación, en Córdoba, a partir del año 1567, su autor Juan Carlos Altamirano, fuente de este articulo . De la misma forma que Louis Doberman a través de cruces de distintas razas, entre 1834 y 1894, obtuvo el perro Doberman, Felipe II mandó crear en 1567 al caballo español cruzando para ello los innumerables tipos de caballos existentes, entonces, en Andalucía. Para ello, Felipe II, el 28 de noviembre de ese mismo año, emitió una Real Cédula dirigida a su corregidor en Córdoba Francisco Zapata y de Cisneros en la que determinaba fundar, en esa ciudad andaluza, una nueva raza de caballos: "Os mando que entreguéis a Francisco Sánchez de Toledo, mi pagador de la caballeriza cuatro mil quinientos ducados (...) para que se compren yeguas de vientre siguiendo las instrucciones que hemos ordenado para la raza y casta de caballos que hemos mandado hacer en Andalucía. Porque deseamos que se consiga el fin que hemos acordado de tener mil doscientas yeguas de vientre con sus potros y crías (...) hemos mandado que se vayan comprando por la orden que de nuestro caballerizo mayor". Así mismo, ordenó la construcción de las extraordinarias caballerizas reales cordobesas, que, siguiendo las órdenes reales, fueron financiadas con las rentas que producían las salinas andaluzas. Para llevar a cabo la selección de los animales más idóneos para ese fin, Felipe II nombró como caballerizo real al cordobés Diego López de Haro, verdadero artífice del caballo español. El resultado obtenido por éste fue tan extraordinario que los caballos conseguidos serían, contraviniendo lo expuesto por este rey al principio del proyecto, exclusivamente para uso de la Casa Real que los utilizó como regalo a reyes extranjeros, nobles y clero. La nueva raza fue utilizada como emblema de un Imperio y de una cultura que había sido capaz de conseguir lo que todo el mundo ansiaba, el caballo perfecto. Se ha afirmado para justificar la aparición de variados rasgos morfológicos para algunas características de la raza española, entre otros motivos, que fue cruzada con caballos centroeuropeos por un Teniente napolitano erróneamente denominado Juan Jerónimo "Tiutti", caballerizo real de Córdoba (1600-1622). La realidad es que su nombre era Juan Jerónimo Tinto y no era teniente militar como se ha hecho creer. Este caballerizo nunca cruzó la raza y, precisamente, fue una de las personas que más trabajaron en preservarla como podemos apreciar en la obra que comenzó para cercar de piedra la histórica dehesa de Córdoba la Vieja. El motivo que argumentó para pedir permiso al rey para llevar a cabo esta faraónica obra fue que un potro, durante la noche, entró desde una dehesa colindante a esta dehesa real con el riesgo, según palabras de este caballerizo, de "bastardear la raza" porque, entonces, en ella pastaban las yeguas españolas. Para evitar este problema pidió permiso al rey para comenzar la cerca que todavía se encuentra en perfecto estado y que, aunque se comenzó en el año 1617, por diversos motivos, no se acabaría hasta 1700.                          Afortunadamente se conservan los documentos que se originaron por el traslado de una partida de caballos, en 1593, desde Córdoba a Viena, vía Génova (Italia). La meticulosidad de la administración española de la época ha hecho posible que hoy podamos conocer de forma detallada como se organizó el viaje de los primeros caballos españoles que llegaron a ese país. Comenzó el 28 de agosto de ese año a raíz de la carta de Felipe II a su caballerizo en Córdoba: "Don Diego de Haro a cuyo cargo esta la raza, y caballeriza que tenemos en la ciudad de Córdoba, sabed que yo he tenido por bien que de los caballos que hay en esa caballeriza, se den al emperador mi sobrino doce caballos, al archiduque Ernesto, su hermano, seis, al archiduque Fernando, cuatro y a Maximiliano y Matías, cada otros cuatro, al duque de Saboya diez, al duque de Mantua dos, y a don José de Acuña uno, que todos son cuarenta y tres caballos, y han de ser muy buenos, y de edad de cuatro hasta seis años. Os mando que habiendo elegido los que he mandado enviar a Madrid para mi servicio, y del príncipe, mi muy claro y amado hijo, escojáis los susodichos entre los demás y los enviéis, con persona de recaudo a Cartagena, donde he mandado que se flete un navío en que se embarquen y lleven a Génova. Y las personas que los llevaren de ahí, los entregarán a Decio Rucio, si estuviere allí (en Cartagena), que por la experiencia que tiene de ello, por haber traído algunas veces caballos de Nápoles, he acordado que los lleve él por mar. Y de cómo habrán salido de ahí me aviséis luego. De San Lorenzo a veinte y ocho de agosto de mil quinientos y noventa y tres años. Yo el Rey, y refrendada de Juan de Ibarra, sin señal". 
     A partir de este momento, Austria, se convirtió en uno de los países de partida para el resto de las naciones limítrofes de los caballos españoles. Caballos que fueron utilizados para obtener, a través de sus cruces, nuevas razas como: la Lipizzana, o la menos conocida raza de Kladrub, de Bohemia, estos caballos, sin duda, siguen hoy mostrando en su morfología y movimientos, los genes de nuestra raza.          Para que se llevara a cabo el proyecto de conseguir el caballo español se eligió como lugar idóneo a Córdoba. El secretario real Francisco Eraso dirigió una Real Cédula el 28 de noviembre de ese mismo año al que era corregidor de la ciudad, Francisco Zapata de Cisneros para que se construyera una caballeriza y señalara las dehesas, en los baldíos y realengos de esa ciudad, que proporcionarían el pasto y sustento de las mil doscientas yeguas que se comprarían. Así se hizo, librando los primeros 1.500 ducados para el mantenimiento de la yeguada y 500 para el comienzo de las obras de la caballeriza. El resultado del proyecto fue tan extraordinario que estos caballos nunca llegaron a cubrir las yeguas de las dehesas municipales sino que quedaron para uso privado de la corona y compra de voluntades, a través de regalos a reyes y nobles. 
     Este fue el origen del caballo español, la cuna del mismo fueron las Caballerizas Reales de Córdoba, aquí se creo y se mantuvo durante mucho tiempo hasta que no se a quien se le ocurrió que no era el lugar mas adecuado. Tenemos a la Meca del caballo español, saquémosle fruto, trabajemos en ese sentido, involucrando a los poderes públicos y a la ciudadanía para potenciar este espacio, madre de todos esos animales tan hermosos que son admirados en el mundo entero, y que señores como tantas otras cosas de importancia nacieron en nuestra urbe, en la ciudad de Córdoba, dejemos ese senequismo provinciano y comprometámonos con la defensa de un buen proyecto. Las caballerizas Reales de Córdoba siempre estuvieron asociadas a la historia del caballo: asiento de la caballería de César en época romana y en época musulmana, recinto donde al-Hakam I, agrupó sus afamadas cuadras con más de dos mil animales. Fernando III mandó construir el antiguo palacio de las Caballerizas Reales, siendo ampliando por Felipe II. Un desgraciado incendio acabó con este edificio, que fue mandado reconstruir por Fernando VI y concluido por Carlos III. AcogióVII Depósito de Sementales, y en la actualidad a la sección montada de la Policía Local de Córdoba. Entre otros títulos añadamos que son las cuadras ocupadas mas antiguas de Europa.

Las campanas de Santiago en la Mezquita cordobesa

Almanzor "el Victorioso", se dedicó durante más de 20 años a hacer campañas contra los cristianos desde su feudo en Córdoba. Entre el año 978 y el 1001, realizó 52 campañas contra los cristianos, que tomaban a estos ejércitos como enviados del infierno. Es más, la cercanía del año 1000 hizo que muchos pensaran que estos brutales ataques formaban parte del apocalipsis, porque estas razias arrasaban con todo. En el verano del 997, Almanzor y su ejército asoló la ciudad de Santiago de Compostela. Quemó templos y destruyó todo a su paso, eso sí, la tumba del apóstol no sufrió daños. Según la leyenda, los prisioneros cristianos cargaron con las campanas del templo de Santiago hasta Córdoba. Pero era un viaje de ida y vuelta. Dos siglos y medio después, fueron prisioneros musulmanes los que cargaron con las campanas de vuelta a Santiago, todo ello gracias a la audacia de algunos conquistadores cristianos y al apoyo de Fernando III "El Santo". Esto es lo que siempre nos han contado,pero  fue realmente así?
     Algunos pormenores, más o menos ciertos, de estos acontecimientos los conocemos tanto a través de los historiadores musulmanes como a través de las crónicas cristianas, con el único denominador común de la importancia que unos y otros parecen darle al acontecimiento. Ben Idhari, autor del Bayan al-Mugrib nos cuenta que Almanzor, llegado al más alto grado de su poder, “marchó contra Santiago, ciudad de Galicia, que es el más importante santuario de España y las regiones cercanas del continente”. Según él “ningún príncipe musulmán había sentido aún la tentación de atacar tal lugar ni de llegar hasta allí”, tal vez por lo abrupto y distante de su emplazamiento; aunque tal vez, también, por el significado profundamente religioso que el lugar tenía. “andados XI annos del regnado daquel rey don Vermudo…ueno Almançor con su hueste mui grand -dice la Primera Crónica General- et entro en Gallizia por Portogal, corriendo et astragando uillas et cibdades et la eglesia de Sant Yaque, et quemola; et non catando al, entro en aquel logar do yazie el cuerpo de sant Yaque apostol pora crebantar el su monumento; mas fue y muy mal espantado por un grand rayo que firio y cerca dell”
     En realidad, la campaña de Almanzor, que partió de Córdoba el 3 de julio del año 997, fue un prodigio de organización y en algunos aspectos recuerda a la realizada por Cesar desde Lusitania hasta Brigantium más de mil años antes. Una y otra contaron con una flota de apoyo que transportó tropas, víveres y armas por las costas occidentales de la Península. La de Almanzor partió de Alcacer do Sal y llegó hasta Oporto, desde donde sus tropas continuaron marcha hasta el Miño, que atravesaron no sin dificultad.Siguieron el camino de las rías, persiguiendo incluso a los cristianos que huían a las islas cercanas o internándose por algunas penínsulas, como la de Morrazo. Entre tanto la expedición musulmana destruyó Túy, el castillo de San Payo y un monasterio dedicado a los monjes San Cosme y San Damián. El rey leonés Bermudo II (984-999) con sus escasos medios y tropas apenas pudo hacer nada para frenar la ofensiva de Almanzor, quien además llegó a contar con la ayuda de algunos condes cristianos del Duero y del Miño. No sabemos que pensarían estos últimos cuando los musulmanes arrasaron la iglesia de Santiago de Padrón, 
    . El día 10 de agosto llegó por fin la expedición ante la “orgullosa ciudad de Santiago”, abandonada por sus habitantes y saqueada inmediatamente por los invasores, que destruyeron sus monumentos, murallas e iglesias excepto la tumba del Apóstol, en la que Almanzor puso guardias para protegerla. El respeto último a las reliquias sagradas se impuso a la violencia.. Incluso Ben Idhari cuenta la anécdota de que el Almanzor encontró a un viejo monje sentado junto a la tumba del Apóstol, a quien respetó la vida pues entendió que su única intención al permanecer allí era honrar a Santiago.  
    Muchos pensaron que los sacrilegios cometidos por Almanzor no quedaron impunes; así, según el autor de la Primera Crónica General, que recoge tradiciones y leyendas anteriores ya antes que “el se partiesse de tierra de Santyague fue ferido el con toda su companna de maiamiento de Dios; et por el peccado dell atreuimiento et de las suziedades que el fazie en la eglesia de sant Yague, cayo en el una de las mas suzias enfermedades que podrie ser, et es aquella que dizen los fisicos diarria”. Incluso asegura el cronista que muchos de la hueste musulmana murieron de este mal o quedaron tan enfermos que pudieron ser fácilmente rematados por los hombres del rey de León.
     En realidad, el regreso de Almanzor a Córdoba no resultó tan desastroso: por lo que sabemos, después del ataque a Santiago, se acercó hasta las costas del Océano más al Norte, para dirigirse después de vuelta pasando por tierras del Bierzo y saquear cuanto encontraba a su paso. El botín fue cuantioso y su entrada en la capital del Califato triunfal, incluso -según algún cronista cristiano- obligando a los cautivos a portar a hombros hasta allí las campanas de la iglesia de Santiago. Lo único cierto es que la campaña de Almanzor del año 997 fue un mazazo para la cristiandad peninsular, similar al que supuso dos siglos después la caída de Jerusalén en manos de Saladino para la europea. Ni antes ni después de la campaña los cristianos pudieron vivir tranquilos, hasta que “en Calatanaçor perdio Almançor el atambor”.
     Ciertamente hay algo de desacuerdo sobre qué se hizo con las campanas en Córdoba,y teniendo en cuenta que no solo fueron robadas las campanas de Santiago, sino todas las de las iglesias de la ruta que Almanzor iba siguiendo hasta Compostela; la cantidad de bronce sumado en total,de regreso a Córdoba seria muy abundante. La basílica compostelana que ardió en esa ocasión era de estilo prerromanico de finales del siglo X, por lo tanto,hay que imaginarse un edificio modesto que contaria con una espadaña lateral no muy ostentosa, con un carrillon de unas 11 campanas mas bien modestas. Las crónicas hablan que dado el tamaño de tales campanas eran adecuadas para servir de lamparas de aceite para iluminar la mezquita y con el resto de las campanas saqueadas en tierras cristianas,hicieron puertas para la mezquita.
    Tras la reconquista de la ciudad por parte de Fernando III,se quiso recompensar a la mitra compostelana con nuevas campanas, para lo cual se refundieron si pero en esos nuevos moldes se vertio el bronce de las campanas que habían sido recicladas como lamparas y el bronce de las puertas de la mezquita. La historia no acaba aqui, las campanas actuales de la catedral de Compostela (torre sur del Obradoiro y torre Berenguela) no son ni de lejos,éstas nuevas campanas refundidas en Córdoba.     Durante la transformación barroca del siglo XVI se erigió una nueva torre en la catedral,que llaman hoy del reloj, la cual necesitaba una gran campana, se consiguió rompiendo las 11 nuevas que habían llegado desde Córdoba para hacer la monumental"campana de Berenguela", la cual descansa hoy sobre un pedestal en una esquina del claustro tras ser reemplazada por una copia hecha en Holanda cuando la original se agrieto.

lunes, 1 de marzo de 2010

Descripción de la conquista de Córdoba

    Córdoba represento no solo en el periodo Arabe, sino también en el romano a la ciudad por excelencia, a la “urbe”. Durante muchas generaciones los cordobeses de antaño supieron transmitir a los ojos foráneos una visión esplendorosa del solar que habitaban. Hasta hace muy poco tiempo se atribuyo al periodo Califal el principal protagonismo, aunque a raíz de los nuevos descubrimientos arqueológicos en nuestra ciudad, referentes al mundo antiguo, la época romana, por las dimensiones de estos nuevos hallazgos se esta acercando en importancia a la Córdoba de la media luna. Pero no es esta la exposición que deseo abordar en este articulo, mas adelante sin duda analizare las claves de estos descubrimientos , hoy quiero hablar de la reconquista de la ciudad de Córdoba, de cómo los cristianos arrebataron en el año de 1236 a los musulmanes la joya de la península, la capital del Califato. Todos conocemos en parte como tras un periodo de decadencia, los cristianos fueron tomando fuerza; desde sus núcleos norteños , progresivamente fueron bajando hacia el sur a base de batallas, asaltos y conquistas de plazas y castillos, muchas villas de España llevan tras su nombre el apelativo “de la frontera”, como Aguilar de la frontera, Arcos de la Frontera, Jerez de la frontera, Jimena de la frontera ...etc, pues indicaban que en un momento determinado allí estuvo el limite con el Islam. 
    Andábamos por el año de 1236, siglo XIII, cuando una serie de acontecimientos hicieron posible que el antiguo vergel bético pasara definitivamente al Rey de Castilla. Algunos almogavares y adalides llegados de Andújar, conocieron a través de algunos moros traidores, la desidia defensiva en la que se encontraba una parte de la villa, la denominada como Ajarquia. Es necesario recordar que la fecha en que nos encontramos es aun muy temprana, pues la mayoría de las ciudades y villas de Andalucía permanecían aun en manos Árabes, y Córdoba era y había sido demasiado fuerte como para proyectar un plan de conquista, recordar que Granada no se conquisto hasta 1492 , mas de 200 años después. 
    En una cerrada y húmeda noche las escalas se lanzaron sobre las deterioradas murallas de esta parte de Córdoba, Domingo Muñoz, arengo a los presentes y encomendó su alma a Dios antes de comenzar a escalar. Benito de Baños y otros habían conseguido subir a una torre ataviados a la usanza mora. La guardia estaba adormecida, era inconcebible una empresa de tal dimensión por parte de los cristianos. Benito y Alvar Colodro, por ser profesionales de la frontera se dirigieron en lengua Árabe a la guardia que los habían visto, explicaron que eran jefes de inspección, y con el aturdimiento de esta procedieron fulminantemente, sin dilación alguna, en un gesto de fiereza propia de la época, a cercenar gargantas de los infieles, algunos consiguieron huir despavoridos. La escena debió ser grotesca, conmovedora, la sangre apareció por doquier, emanada de las arterias y venas de los tajos dados por los cristianos, caliente plasma que incluso resultaría agradable al entrar en contacto con la fría piel de los atacantes, habida cuenta de la gelidez de la noche, y su olor espeso y penetrante enmascararía el fétido hedor de aquella parte de la ciudad donde se acumulaban los pozos ciegos, la basura acumulada de los vecinos, además de las inmundicias del ganado domestico. Este grupo de fanáticos cristianos, durante toda la noche continuo conquistando varas y varas del adarve de las murallas, hasta llegar a la puerta de Martos, donde habían quedado con Pedro Tafur para abrirle la puerta al resto de la tropa y a los caballos. 
    Los Mahometanos que se habían refugiado temerosos en la otra parte principal de la ciudad, denominada como Madina, comenzaron a organizar la defensa, y los cristianos solicitaron mandando emisarios la ayuda de Ordoño Alvarez y del Rey Fernando III que se encontraba en Benavente. El monarca quedo perplejo ante la misiva que le trajo el jinete, ¿cómo podía ser posible que el sueño de sus antepasados y el suyo propio se pudiera estar cumpliendo?. En tan solo 12 días, a caballo marcho con sus ejércitos a la anhelada Córdoba, algunos corceles sufrieron los avatares de tan veloz viaje, pero la gesta bien lo merecía. Cuando llego a la ciudad decidió cortar el abastecimiento que tenían los arabes a través del puente antiguo. Paso el río con sus tropas por el puente de Alcolea, para acampar en la entrada del puente Mayor. El emir cordobés intento que le ayudasen desde otras ciudades limítrofes pero la trama desarrollada por Lorenzo Suarez, un mercenario cristiano que estaba en las filas musulmanas por desavenencias con el Rey, gracias a su ingenio aparento que las tropas asediantes de Córdoba eran muy numerosas cuando en realidad no lo eran. Ante Ello se desmorono todo intento de ayuda. Unos meses después , tras muchas confabulaciones, la ciudad capitulaba. Mientras los musulmanes cordobeses se marchaban cayéndose de hambre a catervas, su príncipe Abu Hassen entrego al rey Castellano las llaves de la ciudad. Fernando ordeno que la enseña de la cruz precediese a la real y que fueran puestas en la muy alta torre de la Mezquita, para goce de la cristiandad y desconsuelo del Islam.Córdoba había caído.
     Que sugestivo resulta imaginar aquellos momentos cuando los cristianos entraron en el recinto fortificado y admirados pudieron ver sus jardines y palacios, sus edificios, sus templos, en definitiva aquellas descripciones tan narradas por los trovadores y que ahora se encontraban a merced de los conquistadores. Dentro del templo se encontraban almacenadas las campanas de Santiago , años atrás Almanzor las hizo traer desde la ciudad del apóstol hasta Córdoba a hombros de Cristianos, era justo ahora hacer lo contrario, así se hizo. El solar de Córdoba cambio de propietario, a partir de este momento seria necesario repoblar esta ciudad con colonos que la sacaran adelante, en ellos debemos buscar gran parte de nuestro origen biológico, serian ellos nuestros primigenios ascendientes y de los que procedemos.

Herejías a Córdoba

Desde su fundación, Córdoba fue una urbe de exuberante belleza, en su solar se construyeron obras magnificas de las que tan solo conocemos unas pocas, otras nos las describieron los coetáneos, algunas han salido a la luz en las excavaciones arqueológicas desarrolladas a partir de los años 80, las mas ni siquiera tenemos referencia de ellas. 
    En la Córdoba Romana existieron edificios colosales, cabe recordar los tres mas significativos: el Anfiteatro, descubierto recientemente en el lugar que ocupaba la antigua facultad de Veterinaria; el Teatro que se ubicaba en la plaza de Jerónimo Páez aprovechando la pendiente de la cuesta de Pero Mato, y el espectacular Circo a extramuros de Córdoba en las espaldas de la iglesia de San Pablo. Existieron templos majestuosos como el de Claudio Marcelo, plazas indescriptibles y palacios admirables como el de Maximiano Hercúleo. 
     De la Córdoba Árabe poco hay que decir que no sepamos, además de su gran Mezquita-Aljama, los cronistas nos hablan de hermosos palacios como el de Al-Zaira, Rusafa, o los conocidos de Medina Azahara y el Alcázar Califal, hubo también almunias, puentes... etc.
     En época Cristiana se hicieron espirituales iglesias, de gran ornamentación, casas nobiliarias, todo dentro de un entramado urbanístico singular, calles que confluían en plazas pavimentadas con cantos rodados y salpicadas de abrevaderos y argollas. 
     Todas estas culturas recordadas potenciaron la construcción de colosales murallas, que permitían por una parte defender la urbe, y por otra servían de control para el pago de impuestos, así como de cinturón sanitario según el pensamiento de la época. 
     El cordobés contemporáneo debe transmitir a las generaciones venideras este legado, como el producto de una civilización pasada, por otra parte ofrecer el resultado de la suya propia. Pero ¿ que vamos a legar a la posteridad?. 
    Heredaran nuestros hijos una Plaza Mayor Castellana denominada “Corredera” decorada con unas farolas  y un pavimento que insultan a la estética . Heredaran nuestros hijos unas amplias avenidas llenas de vehículos que discurren por el antiguo trazado de los lienzos de muralla, levantadas por nuestros antepasados. Heredaran casas nobiliarias remodeladas con escaso gusto, que en nada se asemejan a su origen, casas de nuevos burgueses que mezclan estilos, emplean con desmesura la balaustrada y fusionan lo infusionable. Heredaran nuestros descendientes edificios como el de               ” Creusa” en las Tendillas, que deteriora el entorno modernista del lugar. Heredaran plazas llenas de vehículos y trafico rodado. Heredaran un pavimento en el puente padre cordobes y un mobiliario urbano nefasto, increíblemente desacertado. No heredaran sin duda la visión de ese magnifico palacio de Maximiano Hercúleo, ni los restos de los arrabales de poniente de época musulmana que pronto se destruirán. Tampoco la parada de caballos sementales de Caballerizas Reales, trasladada a Ecija, ni la fuente de la calle Madrid desaparecida a raíz de unas obras en el edificio donde se apoyaba, ni la escalera del antiguo Ayuntamiento, tampoco el Arcángel del viejo estadio de fútbol que durante tantos años franqueo su puerta principal. No heredaran asimismo las imágenes religiosas de vírgenes y santos que se encontraban en cualquier rincón de la ciudad, ni la multitud de cuadros en las fachadas de los hogares más fervientes. 
     No podemos permitir que nuestra cultura, nuestra forma de vida, vaya desapareciendo por la desidia senequista de este pueblo. Hemos de conservar nuestras obras importantes como son estos estupendos paseos de RENFE, balcones del Guadalquivir, la peatonizacion del Puente Romano, que son buenos frutos de nuestra época, potenciar los espacios libres de vehículos del casco histórico, y transformar otros elementos menos afortunados como es el nuevo puente Feo, Córdoba no puede parir esos batracios que la abstraen, contaminan y desmerecen, el Puente de Miraflores o del Rastro ha infectado nuestra ciudad con una estética siderúrgica propia de ciudades de hierro, ásperas, lejanas del regionalismo andaluz, y de esa estética de flores y cal, de rasgos árabes y romanos, grácil y milenaria. No se me ocurre una solución ingeniosa para reparar este agravio, tal vez si lo encalacemos y lo decorásemos con macetas plantadas de geranios y gitanillas, se asemejase a ese cordobesismo tan universal y del que tan distante se encuentra esta estructura atablonada de rubio oxido. Y finalmente ese hotel “acolmenado”, agujereado como el conocido queso francés, oscuro, descompasado con el azul turquí de nuestro cielo, desarraigado de la monocromía blanca cordobesa, tal vez estemos intentando sustituir ese legado de casas encaladas por el férreo color de estructuras que nos alejan de nuestras raíces. Tal vez alguien tome nota.....

Sección Montada de la Policía Local de Córdoba

La Sección Montada de la Policía Local ha pasado por diversas etapas en su devenir histórico. En siglos pasados hacian patrullas de vigilancia y rondines, actuando como un cuerpo de control de masas y seguridad. En el S. XIX y XX la unidad se encargaba de las notificaciones padronales y administrativas del Ayuntamiento, desarrollando su actividad en las urbanizaciones cercanas( cortijos y caseríos ...etc.). Con el auge del automóvil, la capacidad de la sección se vio muy reducida. Por entonces se disponía de unos medios personales muy superiores a los actuales.
      A partir de 1995 se dota a la sección de unos cometidos nuevos, la vigilancia de jardines públicos.         En el año de 1998 se desarrolla una nueva línea de actuación, la vigilancia del casco histórico de la ciudad (sus plazas y recorridos esenciales), y la promoción e imagen al turismo. 
    De todos es conocida la admiración que los caballos despiertan en las personas, así lo han estimado muchas corporaciones que han visto en estos animales un recurso interesante para potenciar la imagen de su municipio, al tiempo de patentizar algunos servicios de interés. Son muchas urbes las que han promovido la utilización del caballo, no solo entes locales, también prácticamente todos los cuerpos de seguridad asumen esta gestión, dotando a las secciones montadas de una gran capacidad. Córdoba además de estar integrada dentro de este grupo de ciudades y ligarse con el mundo del caballo, se le une el hecho de ser el ayuntamiento que cuenta con la Sección Montada mas antigua de toda España. Sillas de montar con siglos de antigüedad, arreos antiquisimos y documentos lo atestiguan. 
     Hace algún tiempo un turista canadiense que paseaba por la judería, al ver la patrulla de caballos comento frívolamente "mira la Policía Montada del Canadá”, uno de los componentes de la pareja de Policías Montados senecamente le exclamo, “ se equivoca mister, cuando Canadá aun no existia como país ya resonaban los cascos de los caballos de los municipales por esta ciudad”. A lo que atónito le respondió el extranjero, vaya no había caído en eso… 
     Tradicionalmente la sección montada de la Policía Local desempeña el papel de “Alguacilillos “ en el coso de los Califas, esto no es mas que una reminiscencia de cuando el despeje de las plazas, donde se iba a efectuar la fiesta taurina la realizaban los alguaciles. En la actualidad la Sección Montada de la Policía Local se encuentra inserta dentro de la Unidad de Medio ambiente y Trafico de la Policía Local de Córdoba, podemos perfilar cuatro campos de trabajo bien distinguidos.
 1-Protección del Casco Histórico, imagen ante el turismo. 
 2-Patrulla y vigilancia de Zonas Ajardinadas.
 3-Policía de Gala y Actos Protocolarios a saber : Gala de los Reyes Magos, Gala de la Romería de Linares, Gala de la Romería de Santo Domingo, Servicio de Alguacilillos (Corridas de toros durante toda la feria, promociones y festivales veraniegos ),servicio en feria Nuestra Señora de la Salud, Batalla de la Flores, acompañamiento a la Hermandad del Rocío, día del Caballo en Caballerizas Reales, exposiciones en foros del caballo. A todas ella debemos añadir algunos actos de gala que se producen por la visita de alguna autoridad, partidos de Fútbol ...etc.
 4-Policía Didáctica. Recepción de escolares en las instalaciones y un elemento innovador que se viene desarrollando en su segunda temporada, son las sesiones de hipoterapia a disminuidos psico- sensoriales.
     La sección cuenta con once caballos, siendo el objetivo que toda la cuadrase de pura raza española,, tres de ellos en fase de doma y dos extraordinarios coches de caballos, un milord y un landó, asi como innumerables elementos materiales de gran valor utilizados en la sección a lo largo del tiempo. 
     De todo lo expuesto se desprende que a pesar de la revolución tecnológica de el siglo pasado, aun queda margen, un espacio para desarrollar un amplio marco de competencias y trabajo que deberá ir dirigido a enjugar la imagen de un cuerpo que puede presentarse restrictivo en otras facetas de su quehacer diario, en otras actuaciones mas disonantes propias de estos cuerpos. El acercamiento al turismo, a los ciudadanos en diferentes eventos, a los escolares, es importante en aras a contribuir a una buena visión de la plantilla. Con la pintoresca imagen de los caballos, se ofrece al turismo una buena impresión de nuestra ciudad. 
http://wikanda.cordobapedia.es/wiki/Caballeria_de_la_Policia_local

Choque cultural en la historia de Córdoba, judios, árabes y cristianos.

El general Tariq1, en el año de 711 entro en la península ibérica, comenzando un periplo de conquistas que desemboco en la creación de un imperio en Occidente. Pues bien este hecho que había sido un axioma histórico, comienza a ponerse en entredicho por algunos historiadores andalusies que consideran que esta invasión militar no se produjo, que lo que realmente aconteció fue una asimilación religiosa-cultural de una población visigoda en decadencia. Tras la toma de Córdoba por los árabes, el primer contacto que tuvieron con los cristianos debió de ser al menos inquietante. La basílica de San Vicente se distribuyo de manera que fuera compartida por las dos religiones, aunque conforme paso el tiempo, los musulmanes la fueron acaparando hasta hacerse con su totalidad. 
     Cuantas veces hemos escuchado decir “la córdoba de las tres culturas”, entendido todo ello como una convivencia ideal. Realmente existen matices que debemos exponer y que mejor hacerlo ejemplificando.
     Cuando un musulmán y un mozárabe o cristiano se encontraban, este ultimo debía cederle el paso, no podía mirarlo descaradamente, tampoco podía portar armas ni montar a caballo, como máximo en burro o mulo y a la amazona. Algunos derechos estaban limitados, pero ¡ojo! tampoco fue de color de rosas para los musulmanes tras tras la reconquista, y sobre este tema no necesito abundar mucho, tan solo recordar a la "Santa Inquisición".
     Ni el cristianismo ni el Islam admiten la esclavitud, pero ambas comunidades la practicaron, y de que manera..., se desarrollo un negocio comercial de cautivos, por supuesto permitido y canalizado. A los judíos, tal vez por su condición de prestamistas y en algunos casos de usureros, se les respeto incluso menos, normalmente se les arrinconaba en alguna parte de la ciudad, delimitándola por altos muros, a los que solo se accedía por portillos custodiados, asimismo los judíos debían estar identificados con brazaletes de colores. Cuando algún desastre natural, epidemia, o hambruna asolaba la ciudad, enseguida se buscaban como responsables a grupos de judíos o moriscos a los que se les daba un autentico escarmiento. Para desempeñar un cargo publico, disfrutar del poder y tener el privilegio de no pagar impuestos, era necesario ser cristiano viejo, esto es no descender de moro o judío en ninguna de sus líneas. 
     Estas convulsiones fueron constantes mientras convivieron en Córdoba las tres culturas, aun persisten desavenencias en la actualidad . Existen instigadores por ambos bandos que comercializan con el odio, personas que manipulan hasta la historia para potenciar este sentimiento diferenciador. Córdoba ha sido crisol de culturas y referencia internacional en este sentido, incluso Ben Laden la menciono tras los dramáticos atentados del 11S. Córdoba tiene la experiencia necesaria por haber aglutinado durante cientos de años formas de vida diferentes, y esta experiencia que debemos recordar es el principio de la ciencia, nos dice que a pesar de esta lucha de contrarios, los cordobeses actuales presumimos de nuestro pasado árabe, y los musulmanes añoran nuestra Córdoba natal, es decir el lugar donde sus antepasados abandonaron el fanatismo religioso, el lugar donde consumían vino, el lugar en donde las cristianas a veces usaban el velo y las moras se lo quitaban, donde se teñían el pelo y afeitaban la barba, el lugar en donde se representaba la figura humana y animal en las artes, hecho que la tradición lo prohibía, el lugar donde se fusiono el mozárabe con el árabe dando lugar a la “algarawilla”, recuerdese algarabia ...verdaderamente cosas tan lejanas del fanatismo Islámico. Incluso nuestra mas hermosa joya artística, la Mezquita, ha sobrevivido como tal gracias a haber sido un híbrido, una iglesia cristiana dentro de un templo musulmán. Nuestro origen biológico se encuentra en los repobladores que vinieron a la ciudad tras su conquista en el año de 1236, sin embargo hubo muchos moros que se quedaron, otros regresaron, los hubo quienes falsificaron sus arboles genealógicos y se hicieron pasar por cristianos viejos. Quien puede asegurar que en su linaje no existió un árabe o bereber, ¿donde termina el agua dulce y comienza el agua salina en la desembocadura de un río?. Tal vez con el paso del tiempo y el incremento de la sabiduría humana ,seamos capaces de comprender el concepto universal de “humanidad”, y nos demos cuenta de que todos en algún momento tenemos un ascendiente común.

El caballo cordobes en los toros

Hubo quien dijo que Córdoba era la madre de los mejores caballos del mundo, los equinos de silla cordobesa se denominaron en un primer momento Guzmanes, mas tarde Valenzuelas, después andaluces y finalmente españoles. Muchos eran los caballos que había en Córdoba durante el periodo de Abderraman I ( 756- 787), a los mozárabes de Elvira se les hacia pagar 10000 caballos durante cinco años. Alhaken II tenia 2000 caballos en dos edificios colindantes a su alcázar en la ribera del río. Estos se repartían entre veinte instructores a los que les correspondía 20 caballos a cada uno. Mas tarde el rey Felipe II fundo la Caballeriza Real de Córdoba, con el fin de mejorar la cría de caballos, quedo ubicada en el mismo sitio en que tenia Alhaken sus 2000 caballos. Anteriormente Almanzor creo en la dehesa de Alamiriya una yeguada de Córdoba, aun hoy en día queda una porción de dehesa que se llama de la misma manera, próxima a Córdoba la vieja. Fernando III en la conquista de Córdoba utilizo caballos pesados para sostener a los caballeros y sus armaduras, los Reyes Católicos crearon un cuerpo de caballería ligera con caballos Valenzuela o cordobeses en su gran mayoría. 
     El libro de la Gineta y descendencia de los caballos Guzmanes (Madrid 1877), escrito por Luis Bañuelos y de la Cerda, describe la fiesta de toros y cañas en Córdoba, que se celebraba en la Corredera y en la calle la Feria. En la Corredera se realizaba con : Seis cuadrillas vestidas con librea de diversos colores, polainas y plumas blancas en el sombrero Los caballos adornados en sus crines y cabeza y con sillas de montar bordada. Entraban los jinetes empuñando una lanza con su banderola, abrían paso los tambores y trompetas, cuatro caballeros diputados ordenaban la comitiva, la música a un lado de la plaza, los jinetes entraban por parejas. Los de a pie que eran 40 o 50 se subían a la ventanas para torear, cuando se soltaban a los toros se jugaban con lanzas y garrochon, varillas, a cuchilladas o corriendo al través. La corrida era así: El toro se encontraba encerrado en un rincón de la plaza, al soltarlo cincuenta hombres a pie le lanzaban un gran numero de dardos que quedaban prendidos en su piel, cuando el animal estaba cansado por tanto pinchazo sonaba la corneta y entraba el jinete de turno portando el garrochon, saludaba a la presidencia , se dirigía al toro, clavaba en el costado y quebraba el instrumento. Una vez que partía dos o tres rejones, soltaban dos o tres perros que hacían presa en el toro por las orejas, y los hombres de a pie le cortaban los jarretes, lo acosaban y remataban los toreadores.         Acabados los toros se jugaba a las cañas, los caballeros salían fuera de la plaza a coger las adargas, y mientras los caballeros diputados de capa y espada despejaban la plaza de la gente de a pie, entraban los jinetes llevando la adarga embrazada y la caña de mano. Al compás de instrumentos de guerra daban la vuelta a la plaza y ocupaban su sitio las cuadrillas, tres en una parte de la plaza y tres en otra. El juego comenzaba con la presencia de una cuadrilla, que recorría la plaza por delante de las otras cuadrillas que esperaban enfrente; sin dejar de correr arrojaban las cañas. Los atacados respondían de la misma forma , pero unos y otros empleaban las adargas para evitar que las cañas les alcanzaran, así hasta que todas las cuadrillas corrieran sus cañas, finalmente los caballeros diputados salían y se colocaban en medio de las cuadrillas, en ese momento los jinetes dejaban caer sus cañas y terminaba la escaramuza. La fiesta con capas y gorras solían organizarse por nacimiento o matrimonio de algún caballero cordobés, tenia lugar en la calle de la feria, que se cerraba y se colocaban andamios para la gente. El día de la fiesta entraban las damas y los caballeros se subían en las ventanas, el causante de la fiesta en la ventana , comenzaba a soltar toros bravos, quedando seis u ocho caballeros en la calle para torear. Había siempre heridos al ser calle y toros bravos.
     A partir del S.XVI los caballos criados en Córdoba eran muy apreciados, descendían de un caballo berberisco que en el reinado de Carlos I un embajador marroquí de vuelta a su patria dejo enfermo en un mesón, era de la mejor raza berberisca. El caballo sano y el mesonero lo vendió a un tal Guzmán y este a Luis Manrique que lo dedico a padrear. Lo principal de esta raza lo adquirió el duque de Sessa y lo puso a cargo de un caballerizo, Francisco de Valenzuela. Este fue el origen de los nombres de Guzmanes y Valenzuelas. 
     El caballo en la plaza de toros de los califas aparece como: Alguaciles: Caballos hispano árabes, seleccionados por el tamaño y el pelo castaños, pues este color parece un uniforme. Entrenados para la presencia multitudinaria, aprenden el recorrido del paseíllo hasta ejecutarlo de memoria, es la única plaza de toros en que los alguacilillos siguen siendo representantes de la autoridad como antaño, pues son Policías. Caballos de Picar, con un peso medio de 550 kg., proporciones medias , cuello arqueado, grupa redonda y tórax de gran capacidad. Caballo de toreo, excepcional, con requisitos morfológicos y de comportamiento, con doma vaquera y alta escuela, raza básica española aunque ha evolucionado a la utilización del cruzado. En el primer tercio de la lidia suele usarse el anglohispano, el tercio de las banderillas que requiere terrenos ceñidos y componentes técnicos se usa el hispano árabe y para la suerte suprema en la que se debe citar a corta distancia , consentir mucho y salir apurado, el caballo español se hace imprescindible.